jueves, 29 de abril de 2010

ILOGICA Y QUIMICA

Mis velas desplegadas golpean tus pensamientos…
Sabés que los míos se alejan por otros mares…
Y comienza tu duelo de palabras en espadas y garfios de preguntas.
Largos interrogatorios donde mis respuestas no encuentran la puerta de entrada hacia tu razón.
Me alejo…
Tomo los signos de exclamación más potentes y afilados...
arremeto hacia vos con recuerdos embarrados que tengo a mano.
Los atajás, uno a uno y… 
cual cirujano meticuloso, los reacomodás, le sacás el significado a algunas palabras, las cambiás de lugar, les ponés otros adjetivos de compañía y desarmás mis argumentos.
Cambiás motivos y circunstancias; suspiros por silencios culposos.
A una velocidad imperceptible,
me devolvés mis recuerdos, señalándome con un dedo acusador por el barro con el que estaban vestidos…
Siempre hacés lo mismo..
Transformás mis oraciones en rompecabezas, adaptables a tus necesidades de defensa, las usás para atacarme nuevamente….
Me alejo un poco más…
Sin quitarte los ojos de encima, meto mi mano en el baúl de los reproches,
pero… ya están desmenuzados por vos en discusiones anteriores…
y los que no…. ya ni quieren salir a la batalla.
Sigo clavada a tus ojos color miel….
Me niego a aceptar una derrota, me resisto a tus jugadas tramposas de espacios y tiempos transformados a tu medida…
Al azar atrapo desesperada, reclamos más cercanos en el tiempo,
de esos que todavía no conocen tu arte en la piratería de los significados;
y los lanzo voraces de tus silencios…
Ah!... disfruto de esos segundos de incertidumbre, donde no encajan tus piezas…
Recurrís a la historia de la humanidad para distraerme…
Tus ojos miel, se tornan verdosos ante la posible derrota…
Me cruzo de piernas, con esta victoria minúscula dejándote ver mis muslos…
Ya sé que te distraigo…
Divagás entre mi pollera y extrañas metáforas de física…
Vas perdiendo tu locuacidad entre la historia y la química…
Salto de tus ojos a tus pómulos rígidos de preocupación…
Me distraigo en tu barba que se ve tan suave después del baño, oliendo a la distancia su aroma a manzana…
Sonrío sin darme cuenta…
Cierro suavemente el baúl de los reproches, mientras recorro tus labios con mi mirada…
Balbuceás, casi imperceptible tu argumento amenazador, enredado,
de psicología familiar y semejanzas maternales…
No te escucho…
No insistís…
Un mate lavado por el tiempo, se derrama oportunamente sobre mi remera
La excusa perfecta para desprenderme de ella…
Te sonreís con medio bigote levantado y la otra mitad inquisidora…
te molesta que me paseé desnuda frente al ventanal…
siempre te molestó…
siempre lo supe…
Sonreís nuevamente, descorriendo los pelos rebeldes de tu boca que me llama silenciosa…
Descubro una camisa colgada en el respaldo de tu silla...
Me acerco a buscarla sin dejar de mirarte, subida a mi media sonrisa y media ceja levantada…
Sabés lo que me traigo entre pensamientos cuando hago ese gesto…
Yo sé que vos sabés…
Dejás tu espada de palabras afiladas en la mesa y me atrapás a un instante de la tregua con botones…
Tus manos y tu boca se acomodan en los lugares exactos donde mi respiración ahoga los pensamientos…
Desaparecen los baúles, los rompecabezas y las palabras…
Navego por tu cuerpo…
-Amancay-

miércoles, 28 de abril de 2010

ESCRIBIENDO PAJAROS

Ahora escribo pájaros.
No los veo venir, no los elijo,
de golpe están ahí, son esto,
una bandada de palabras
posándose
una
a
una
en los alambres de la página,
chirriando, picoteando, lluvia de alas
y yo sin pan que darles, solamente
dejándolos venir. Tal vez
sea eso un árbol
o tal vez
el amor.

-Julio Cortázar-

sábado, 24 de abril de 2010

Velos

Enhebramos las palabras y… jugamos
Nos dejamos llevar por la sinrazón de lo que suponemos y sabemos
Por que…yo sé, y… vos sabes, pero… jugamos a no saber
No hay puntos cardinales en este viaje
La brújula gira alocadamente, como en una danza de notas que suenan sin sonido...
Me pierdo y me sostenés
Sospechás y… te soplo un secreto que te devuelve a la calma
La dulzura del “seas quien seas” amalgamado con el “será lo que será” …
Destellos de dudas y misterios que enceguecen cualquier certeza
Y… danzo
Y… danzás
En esta locura embriagadora del andar sin ver…
Del estar a un silencio del encontrarte en gemido…
Y el escabullirte….
Seguimos danzando….
Mi pelo roza tu pensamiento…
Estás a un asombro de atraparme…
Y el viento te escurre mis cabellos de las manos…
Giramos nuevamente entre comas y puntos suspensivos
Vuelve la calma de un adjetivo susurrado
Y …seguimos jugando.

-Amancay-

viernes, 16 de abril de 2010

SINTIENDO...

Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpaso en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.
Rayuela - Capítulo 68
-Julio Cortázar -

miércoles, 7 de abril de 2010

LA REALIDAD Y EL DESEO

No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne;
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Aunque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie
sabe.

-Luis Cernuda-

martes, 6 de abril de 2010

EL INSTANTE EN EL QUE ESTAS

Este tiempo sin minutos en el que estás… sumergido en mis lagunas,
tiene el dulce aroma de la hierba recién humedecida por la lluvia…
Tiempo sin compases de ausencias, donde toco tu respiración y huelo tus silencios…
Espacios de alientos transformados en palabras indóciles que se lanzan al suspiro de alguna nota perdida…
Tu espera y mis ojos cruzándose en el umbral del encuentro, traspasando los laberintos del nuestro…
Pasos guiados por este concierto de latidos que encuentran su melodía solo en el eco de tu boca, donde suenan y me pierdo en el calor de tus sabores…
En este viaje de cuerpos y sudores que se funden con esta bruma de la mañana
No sé si fui o seré…
Pero en este instante en el que estoy… aquí anidada en tu orilla de sueños…
Soy…
Sos...
Somos…

-Amancay-
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